Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.